Hace poco más de un mes, mi compañero Óscar iniciaba un artículo reconociendo que quien tuvo la idea de poner una cámara de fotos a un móvil dio en el clavo.
Y esta misma semana la coreana Samsung presentaba en Madrid la Galaxy Camera, en la que las tornas se cambian: ahora, a alguien se le ha ocurrido poner un teléfono en una cámara de fotos.
Bueno, no es exactamente así… (porque uno ya ha olvidado lo que es realmente un teléfono. Digámoslo de otra forma: a alguien -en Corea- se le ha ocurrido hacer de una cámara de fotos un dispositivo completamente conectado. O sea, que más que una cámara con teléfono, sería una cámara con una tableta.
Galaxy Camera EK-GC100, en detalle
La Galaxy Camera incorpora el sistema operativo Android 4.1, que permite a través de su pantalla táctil de 4’8 pulgadas, descargar cualquier tipo de aplicación o navegar por la red. Y es que la cámara incorpora conectividad 3G y WiFi. En este sentido, podríamos utilizarla como un smartphone a la hora de enviar SMS, utilizar el Whats App, o para hablar con Viber, Tango o Skype.
Uno de los peros de la cámara es que, según se advierte desde Samsung, la autonomía de la batería permite hacer unas 350 fotos. Por lo tanto, si se va a hacer un uso intenso del dispositivo es mejor contar con una segunda batería.
Ah, se me olvidaba que el dispositivo también hace fotos… 😉 La cámara está equipada con un sensor de 16.3 megapíxeles y un zoom de 23 aumentos. Y graba vídeo HD a 30fps.
En fin, que más que hacer un publirreportaje de la cámara, lo que pretendemos es recoger esta nueva tendencia tecnológica. Así, se evidencia una vez más que la mejor forma de llamar a todo producto tecnológico que se presenta al mercado acabe siendo simplemente DISPOSITIVO (según la RAE, Mecanismo o artificio dispuesto para producir una acción prevista).
