Hace unos días circulaba la noticia de que un equipo médico español había logrado implantar los dos pies a un niño de 10 años. La intervención fue dirigida por el cirujano Pedro Cavadas, quien en 2009 sorprendió al mundo con el primer transplante de cara que incluía mandíbula y lengua.
La noticia me hizo recordar que a mediados del mes de mayo de este año el doctor Cavadas fue galardonado con el Premio Doctor Balmis que otorga la Fundación Doctor Balmis – Rotay Club de Alicante. Y al mismo tiempo se me hizo presente el documental que sobre Balmis hicimos en 2010, para la Fundación que lleva su nombre.
“Balmis, el ilustrado tenaz”, es un documental hecho con sencillos recursos y bajo presupuesto, pero que desde su modestia contribuye a recuperar la personalidad y la extraordinaria vida de uno de los personajes más injustamente olvidados de este tiempo en el que los villanos ocupan muchísimo más nuestro tiempo que los héroes. Si no conocéis al Dr. Balmis, dedicadle quince minutos de vuestro tiempo; no os arrepentiréis:
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“Es imposible no emocionarse al conocer la vida del Dr. Balmis…”, me dijo alguien cercano a la Fundación cuando trabajaba en el documental. Quizá esa emoción late hoy con más fuerza, en plena crisis estructural de valores, al conocer la vida de Fco. Javier Balmis, que vivió subido a la estela de un objetivo tan noble como contribuir a hacer más digna la vida de personas menos afortunadas, sin servir a fanatismos, sin tics caritativos o benéficos, defendiendo la justicia (social) por la ciencia, pura y dura.
Recordemos a Balmis. Busquemos “discretos” Balmis a nuestro alrededor: entre nuestros compañeros, amigos, familia, entre las ruidosas hojas de la prensa. Seguro que los hay. Yo ya estoy pensando en uno…, en otra… No nos dejemos engañar. No consintamos que los villanos apaguen la llama de los héroes.
Hasta la próxima,